¡Cuantas veces hemos oído (y hemos dicho) esta frase! Para la mayoría de las personas, la frase significa que tenemos delante algún producto recién estrenado. Son típicos el “olor a nuevo” de coches (debido principalmente a la tapicería, que proporciona una gran superficie de emisión en un volumen pequeño, interior del coche), de prendas de vestir, toallas, sábanas, el olor a nuevo de una habitación con muebles nuevos, etc.

Todos estos productos emiten durante un periodo ese característico olor, durante el cual los usuarios, estamos expuestos a las moléculas que emiten los productos nuevos que generan ese olor. Se ha de tener en cuenta que la exposición a esas moléculas puede ser de varias horas, en el caso de un automóvil, hasta las 7-8 horas que permanecemos, mientras dormimos, respirando las emisiones de un colchón recién comprado.

Realmente la frase “olor a nuevo” significa que el producto en cuestión emite moléculas orgánicas volátiles (Compuestos Orgánicos Volátiles, COVs) que provienen de las materias primas que se utilizaron en su proceso de fabricación industrial.

Los Compuestos Orgánicos Volátiles son los causantes, en un alto porcentaje, del llamado “olor a nuevo”. En el proceso de fabricación de la mayor parte de productos, se utilizan sustancias, que permanecen en el producto fabricado durante un periodo, que depende de diversos factores (tipo de sustancia, producto, condiciones de almacenamiento, embalaje utilizado, temperatura, etc.).

Durante ese tiempo que permanecen, van emitiéndose a la atmósfera donde se encuentra el producto recién estrenado, causando el “olor a nuevo” que nosotros percibimos. Pero, ¿cuáles son esos compuestos?, ¿representan algún riesgo para la salud?, ¿están limitados por algún tipo de normativa o legislación?

Los compuestos emitidos, varían en función de los productos químicos utilizados en el proceso industrial que fabrica el producto final, Tabla 1. Estos compuestos volátiles suelen repetirse debido a que en muchos procesos industriales se utilizan las mismas materias primas, como por ejemplo, en la fabricación de un coche y de un sofá, se utilizan materias primas similares como: espumas, recubrimiento textil, madera, etc.

Tabla 1.- Productos comerciales y principales moléculas o familias de moléculas relacionadas con su olor.

Muchas de estas moléculas son irritantes y tóxicas, y dependiendo de la sensibilidad de cada persona hacia estas moléculas y del tiempo de permanencia en al ambiente cercano al producto que emite, pueden llegar a afectar a los consumidores que los utilizan, llegando a desarrollar ciertas patologías.

Estudios realizados demuestran que el 80 % de los COVs en ambiente interiores son irritantes de mucosas y ojos, y que el 25 % son sospechosos o comprobados cancerígenos humanos .

Legalmente están establecidos los límites de concentración de sustancias químicas en ambientes de trabajo (TLVs INSHT) pero no existe una legislación nacional específica sobre el control de la calidad de ambientes interiores, debido probablemente a que las concentraciones de estos compuestos volátiles emitidos por los productos nuevos son bastante inferiores a las concentraciones de estos mismos compuestos, encontradas en ambientes laborales en la industria que los fabrica.

Figura 1.- Ensayo emisión (norma ANSI/BIFMA M7.1-2007)

Existen normativas sobre la emisión de determinadas moléculas en ciertos productos, (como el formaldehído en tableros) que, aunque no son de obligado cumplimiento, se han adoptado por la gran mayoría de fabricantes.

Por último, y debido a la preocupación social que existe sobre las emisiones de COVs en ambientes interiores, las empresas están incorporando en sus diseños cada vez más, materiales con bajas emisiones de COVs, cumpliendo normativas relativamente recientes (2006 – 2007), tanto europeas (EN ISO 16.000) como americanas (BIFMA).

Al mismo tiempo, al cumplir estas normativas, las empresas pueden optar a diferentes argumentos de venta como la certificación LEED, que certifica edificios a través de la concesión de créditos en diferentes categorías, entre las cuales se encuentra la calidad de aire interior proporcionada por muebles de baja emisión.

Para conocer las emisiones de dichos materiales, el procedimiento establecido por la mayoría de normas es el de introducir la muestra a estudiar en una cámara, tal y como se muestra en la figura 1, en la que solo entra un caudal determinado de aire limpio en unas condiciones de cámara determinadas, analizando el aire a la salida (GC-MS, TD), el cual transporta los COVs emitidos por el material estudiado.

AIDIMA, Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines cuenta en sus instalaciones (Laboratorio de Materiales y Medio Ambiente) con los equipos e instrumentos necesarios, junto con un equipo técnico altamente cualificado, para realizar dichos ensayos de emisión y ofrecerles asesoramiento en temas relacionados.

Organismos financiadores:

Generalitat Valenciana – IMPIVA.
UNIÓN EUROPEA. Fondo Europeo de Desarrollo Regional ” Una manera de hacer Europa”

Para conocer más información contacte con AIDIMA.