A veces tener la vivienda distribuida en varias plantas resulta un poco engorroso. Andar subiendo y bajando escaleras es muy saludable pero no del agrado de todos. Si somos capaces de ver la escalera interior como un elemento decorativo más que como una barrera arquitectónica, tendrás la mejor aliada para crear un rincón privado y cualquiera que sea el material del que esté hecha, la escalera puede ser el mejor reflejo de tu creatividad.

A primera vista muchos pensáis que sólo la barandilla decora una escalera. El material, color y colocación de la misma es fundamental para lograr buenos resultados. Lo primero para elegir adecuadamente la barandilla perfecta es tener en cuenta el tipo de suelo o suelos que une nuestra escalera y el material. Si estamos hablando de escalones de piedra que unen superficies de terrazo, barro o mármol, el hierro forjado se presenta como la opción más adecuada. Con peldaños de maderas nobles y suelos de mármol o tarima, se impone mantener los mismo materiales, bien combinados o uniformes -es decir, todo en mármol, todo en la misma madera-. El cristal (siempre de un grosor superior a 18 o 20 mm) encaja de maravilla en grandes espacios de estilo fabril como loft y suelos metálicos o de hormigón visto.

La iluminación es otro factor que no puedes descuidar y no solo por su valor estético sino también por cuestiones de seguridad. Según sea la forma de nuestra escalera, podremos optar por colocar apliques en las paredes laterales o en el techo. Mucho cuidado con la iluminación desde los peldaños. Es una tendencia muy de moda últimamente pero si no elegimos la intensidad adecuada, no cumplirá más que una función estética, con muy buenos resultados, pero provocará más accidentes que admiración en quienes la transiten.

El aspecto que más posibilidades nos brinda en una escalera para dar rienda suelta a nuestra imaginación, es sin duda el hueco de debajo. Y no sólo porque permite desarrollos muy originales, sino también porque las carencias de espacio de las casas de hoy, hacen imprescindible aprovechar al máximo cualquier espacio posible.

Así, uno de los usos más práctico del espacio inferior de una escalera es el de armario, especialmente si la escalera está adosada a la pared. Existen escaleras que incorporan de fábrica un armario, pero también podemos crearlo, con puertas y estanterías a medida.

Si lo que tenemos en casa es una escalera de caracol, el espacio disponible es mucho menor, por lo que solo nos permitirá acoplar módulos con cajones o estanterías. Una idea muy original es colocar módulos botelleros que nos van a permitir aprovechar al máximo el espacio. Conseguiremos un resultado inmejorable en nuestra particular cava, si colocamos la luz artificial adecuada para que las botellas queden iluminadas desde detrás sin alterar las propiedades del vino. Los efectos lumínicos y coloristas son magníficos.

Si eres de los afortunados que disponen de una gran escalera (80 cm de anchura como mínimo), el hueco del que dispondremos será igualmente grande y nos permitirá ubicar en él una zona de recreo. Un sofá y una lamparita, un pequeño escritorio y una butaca, son algunas de las composiciones más adecuadas, porque invitan al descanso o a la lectura confiriendo un aire relajado al espacio.

Y si en tu casa no hay más escalera que la del portal, no te preocupes porque también tú puedes decorar con escaleras. Una escalera de mano, convenientemente envejecida, es el toallero perfecto para un estilo vintage en el cuarto de baño. O si la escalera es de madera, puede ser una maravillosa estantería en la que colocar diferentes macetas en la terraza o libros y menaje en la cocina.

Fuente:  Blog de Círculo Muebles