La empresa valenciana de sillas DUNNA ofrece al consumidor la posibilidad de elegir entre 7.000 sillas diferentes. Esta es una de las ventajas de la empresa: su gran versatilidad. Esta cualidad se puede ver especialmente en las sillas Unika, Irina y Sofía. El cliente final puede elegir entre un total de 69 modelos de sillas, 480 barnizados y lacados distintos y 1.260 tejidos diferentes, lo que supone que combinando estas variables el comprador puede elegir entre casi 7.000 sillas diferentes. De esta forma cada persona puede tener un modelo de silla diferente adaptado a sus gustos y necesidades, es como “un traje a medida”, y con la ventaja de que cuenta con materiales y un sistema de fabricación de calidad garantizada.

La empresa valenciana Dunna cuenta con el certificado Símbolo Calidad de AIDIMA (Instituto Tecnológico del Mueble, Madera, Embalaje y Afines) para toda su producción de sillas y mesas incluidas en el catálogo general. Los laboratorios del instituto tecnológico han realizado tres tipos de análisis: de resistencia estructural, de estabilidad y de calidad de los materiales, siendo superados de manera satisfactoria.

De esta forma se garantiza la calidad de sus sillas y mesas, una de las prioridades de la empresa, como explica su gerente, Mª José Zorío: “Los objetivos principales de la empresa son la calidad de nuestros productos, el diseño y el servicio al cliente. La calidad la tenemos garantizada con el certificado de calidad de AIDIMA. Ante a la competencia de sillas más baratas nuestra defensa es ofrecer calidad y diseño”.

En los laboratorios de AIDIMA se han realizado pruebas de corrosión para las sillas que tienen piezas metálicas, como el modelo Carla (adjuntamos foto), fabricado con varilla de acero recubierta con cromo. Hay que tener en cuenta que en las zonas cercanas al mar la corrosión es mayor, y ello afecta a la duración de la silla. Según los especialistas, la corrosión o deterioro de la superficie, es imposible evitarla, pero gracias a un proceso de recubrimiento electrolítico se consigue la inhibición del efecto corrosivo retardando su velocidad.

Para obtener el certificado de AIDIMA las piezas han superado las normas ISO 9227:2007, ensayos de corrosión en atmósferas artificiales. Durante  24 horas las piezas deben sumergirse en una cámara salina, y no sufrir ningún tipo de corrosión, ni alteración alguna en color o en brillo (UNE 66843:2001).

Teniendo en cuenta la humedad y salinidad de la zona mediterránea Dunna ha pedido a AIDIMA que realizara dicho ensayo ampliándolo a 100 horas obteniendo un resultado óptimo:  “No se observan indicios de corrosión en las partes vistas de la pieza, tras el ensayo de ‘Resistencia a la corrosión’ durante un tiempo de exposición de 100 horas”.