Wenceslao Rambla de la Universitat Jaume I impartiendo la conferencia "Disseny, art del segle XX? Autor foto: Antonio Pradas

Benicàssim (Alicante), 16/07/2009
El catedrático de Estética y Teoría de las Artes de la Universitat Jaume I Wenceslao Rambla analizó anoche en el Hotel Bonaire de Benicàssim las definiciones clásicas de arte y diseño para, a través de un extenso abanico de ejemplos, terminar demostrando que las vanguardias del siglo XX han terminado por difuminar las fronteras entre ambos conceptos. “Lo artístico se ‘desestetiza’, como se puede comprobar al ver una camiseta de La Gioconda, y el diseño se está ‘estetizando’, en ocasiones hasta límites insoportables, porque no puede perder su función social”, afirmó el también pintor y ensayista castellonense durante la primera jornada del Curso de Verano de la UJI ‘Arte, disidencia y espacio público’.

“La palabra arte hace referencia a un objeto que un artista realiza intencionadamente para generar una experiencia estética, para producir un placer. El diseño tiene como objetivo fundamental la resolución de un problema, aunque su coeficiente estético puede ser muy elevado”, expuso el catedrático de la Jaume I ilustrando la explicación con el urinario de Duchamp. “El diseño también se diferencia del arte por su grado de obsolescencia. El tiempo es el borrador de la memoria y determinante de la calidad. El arte es susceptible de ser renovado continuamente a través de sus espectadores, mientras que los objetos de diseño caducan”, añadió. Así, en el siglo XX “han aparecido tres áreas que sin ser arte son objeto de fuerte consideración estética, como son el diseño, la publicidad y los medios de comunicación”.

Rambla diferenció entre la actitud práctica que tenemos frente al diseño y la actitud estética que busca el arte. “La actitud estética es la experiencia que tiene uno frente a un objeto artístico, única e intransferible”, señaló, para añadir: “Y no es verdad que sobre gustos no haya nada escrito; los escritos más numerosos desde la antigüedad son sobre estética. Hay parámetros objetivos y subjetivos para analizar la actitud estética”.

Al mismo tiempo, el catedrático de Estética destacó que las personas “también tienen una actitud cognoscitiva”. “El ser humano se admira ante cosas como la Sagrada Familia de Barcelona y esa actitud cognoscitiva nos aporta ideas que nos hacen degustar y contemplarlas mejor. Conocer de dónde vienen las cosas también nos ayuda a reconocerlas”, apostilló.

Wenceslao Rambla también teorizó sobre la “belleza de lo eficaz”, sobre objetos diseñados con una gran funcionalidad que al mismo tiempo tienen un elevado coeficiente estético, poniendo como ejemplo desde las pinturas rupestres, “que tenían una función propiciatoria e informativa pero también estética”, hasta el famoso exprimidor de Philippe Stark con forma de cohete.

El pintor y ensayista castellonense explicó que las diferencias conceptuales entre la estética antigua y la contemporánea también ayudan a comprender esa confusión actual entre arte y diseño. “El arte antiguo era denotativo, referencial, mientras que el arte contemporáneo es abierto y connotativo. Como dijo Umberto Eco en ‘Opera aperta’, eso permite que el espectador sea cocreador de la obra, al percibir y participar. En el arte contemporáneo hasta que una obra no es compartida no está terminada”, afirmó.

“La experiencia estética es sensorial, emocional, afectiva y intelectiva, genera asociación de ideas y pensamientos. Pero no es exclusiva del arte, sino que un objeto funcional puede generar una experiencia estética, como sucede con las cariátides; es la cuadratura del círculo”, siguió argumentando refiriéndose al concepto de ‘belleza adherens’ de Kant y poniendo al art decó y al minimalismo como otros ejemplos de “fronteras difuminadas entre el diseño y, en este caso, el arte conceptual”.

Rambla concluyó que “durante el siglo XX se han dado más propuestas y más tendencias que desde el Renacimiento al siglo XX, por lo que es muy complicado organizarlo y analizarlo todo para ponerlo al alcance de todos”.

El Curso de Verano ‘Arte, disidencia y espacio público’, dirigido por el coordinador de las actividades extramusicales del Festival Internacional de Benicàssim, José Luis Paulete, continuará hoy analizando en el Hotel Bonaire la influencia de los diferentes actores que participan en la creación artística.