En tiempos de crisis, lo conocido y cercano recupera su interés como valor refugio. Buscamos aquello que sabemos que funciona y que siempre ha estado ahí, independientemente de los vaivenes económicos. Además, el momento actual requiere mayor transparencia por parte de las empresas, que deben mostrar una actitud más cercana a los consumidores. Por todo ello, la artesanía está recuperando su interés, y aquellos objetos que demuestran tener una tradición y una dedicación exclusiva en su proceso productivo vuelven a estar en primera línea de los productos del hábitat.
En esta tendencia confluye el interés por la artesanía y el diseño local, donde destaca el procedente de países emergentes. Además, las empresas y productos con una historia detrás y una cultura de fabricación tradicional cobran importancia. Este interés por la tradición se refleja en productos del hábitat que no esconden detalles sobre cómo han sido elaborados, convirtiendo anclajes, articulaciones o uniones en elementos diferenciales y definitorios del producto. En este sentido, se recupera la artesanía como argumento comercial en la actualidad.
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