• El Hotel de la playa se nutre de la filosofía de los balnearios de los años cincuenta
• Los espejos proyectan el Mediterráneo en todos los rincones de las habitaciones

Studiomontañana nace hace doce años como estudio de arquitectura interior. El equipo que integran Vicente, Francisca y Pablo busca en cada uno de sus proyectos el máximo cuidado y mimo, para que el resultado final obtenga el máximo confort y bienestar. La simplicidad aparente de sus proyectos esconde en realidad un trabajo sutil, sugerente y de gran minuciosidad. Prueba de ello son las numerosas viviendas proyectadas en el ensanche valenciano, la expansión de los centros de Clínica Baviera en el norte de España, Inglaterra e Italia, la ya desaparecida tienda Mur Mur, el 0031 Club o el propio estudio en el que trabajan, situado en la zona del Mercado de Abastos.

Los proyectos del estudio se conciben con el propósito de integrar en los espacios funcionalidad, comunicación y luminosidad, todo ello cuidado y tratado con mucha atención y delicadeza para ofrecer un acabado personal de cada uno de los espacios. Los proyectos del estudio abarcan todas las tipologías, de vivienda particular a local público, de espacio comercial a oficinas. Uno de sus últimos trabajos es el Hotel de la Playa, situado a escasos metros de la playa de Puebla de Farnals, diez kilómetros al norte de Valencia. El nombre elegido, desde luego, no podía ser más conciso.

Por su situación, a veinte metros y a pie de playa, este pequeño hotel- boutique goza de unas instalaciones abiertas y con vistas al mar. El proyecto se nutre de la filosofía de los balnearios de los años cincuenta del pasado siglo. Lenguaje y carácter que se reflejan desde su distribución hasta sus acabados y materiales neutros y serenos que aportan, o mejor trasladan, a una atmósfera de tranquilidad y purismo, que con sus blancos y sus tonos pastel envuelven en un espacio sereno y relajado. Para ello, este estudio de interiorismo, artífice de todo el hotel, ha cuidado cada detalle para obtener la armonía en sus espacios y en el tratamiento de los materiales que lo configuran.

Desde su acceso, a través de una gran terraza-mirador al mar, nos introducimos al amplio hall, en el que destaca la combinación de materiales nobles, maderas, piedras, y su gran punto de atención al cliente: un módulo de cinco metros y medio suspendido en el aire. Su tratamiento en laca color negro rompe con la armonía natural y tranquila de tonos y acabados. El mobiliario escogido para el hall es el sofá modelo Cloud, diseño de Naoto Fukasawa para B&B.

En esta misma planta se ubica la cafetería–snack, donde se puede disfrutar de un aperitivo o comida con el Mediterráneo de fondo. La Mesa Nelson Table, editada por Vitra, y el sillón Mod. Duna, para Arper, comparten espacio con el taburete Last Minute, diseñado por Patricia Urquiola para Viccarbe.

Las dos plantas superiores albergan las ocho habitaciones y cuatro suites, cada una de ellas con mirador propio, abiertas al mar. La utilización de espejos en el interior de las habitaciones sirve para proyectar el mar Mediterráneo dentro de cada espacio, pudiendo gozar del característico color marino, que se introduce por un gran ventanal y se refuerza por el blanco puro que caracteriza al proyecto. Así, se afianza la sensación de estar durmiendo junto al mar.

Como valor añadido, las suites del hotel incluyen bañera de hidromasaje, instaladas dentro de la habitación, para tomar un baño relajante con buenas vistas. La distribución de la habitación se configura a través de la carpintería, que deja el espacio de la habitación separado a través de un elemento vertical, forrado de espejo, que sirve de apoyo de mesa a la habitación y de bancada al lavabo–tocador. El revestimiento de las paredes, vinilo con textura, ofrece un acabado elegante de los paramentos verticales, enriqueciendo el carácter de la habitación y dotándolo de calidez y nobleza.

En la planta-inferior se encuentra el restaurante, un espacio elegante que ha sido tratado y cuidado hasta el último detalle. Se resuelve en torno a una caja acristalada, que permite la entrada generosa de luz, además de convertir este rincón en un patio muy mediterráneo. Para la silla del restaurante se ha propuesto la Smile, creada por Lievore Alterr Molina para Andreu World. El resto se soluciona a través de un banco continuo, realizado en madera de roble natural, obra del taller de carpintería Oliver, que se ha encargado de la ejecución de todo mueble diseñado a medida. En la zona de bar, destaca la barra redonda, su botellero convertido en una celosía de madera, elemento que oculta el paso directo a la cocina, y su vinilo rayado en colores grises y blancos.

Un hotel, en definitiva, coqueto, tranquilo, familiar, que ha conseguido trasladar a su interior la luz y el color propios del litoral valenciano.

Studiomontañana página web

Fuente: [Di*14]2011. Revista del colegio oficial de diseñadores de interior Y decoradores de la Comunidad Valenciana (CDICV)