Naturaleza, modernidad, rigor y humildad: más de treinta años después, el espíritu escandinavo sigue redescubriéndose, poniendo de relieve una nueva especificidad que supera el carácter territorial en el cual se acantonaba en sus horas de gloria. Quizás un concepto de hábitat global es la manera de redescubrir dichos valores. Enriquecido por una visión del diseño más internacional , expresa con fuerza un retorno a las fuentes de la materia, exaltando lo natural y la simplicidad. Vuelve a poner de moda las cualidades de frescura, de luminosidad y de comodidad que constituyen las aspiraciones de un nuevo arte de vida joven y colectiva.

Este espíritu se une hoy en día a deseos más universales, tal como los entendían los grandes creadores de décadas pasadas. La atención generosa, incluso altruista, el deseo de expresar con autenticidad su época, de estar a la escucha de su medio ambiente, parece hoy en día reunirlos y resucitar una misma visión serena de vanguardia. Así la fascinación ejercida por las décadas de los años ’60 y ’70, ha hecho resurgir una especial nostalgia, en tanto que evocan una época de intensa libertad y debate, que las jóvenes generaciones actuales no han conocido, pero que se ha convertido en mito para ellos.

De ahí nació un deseo de tirar por la borda el buen gusto impuesto por la clase dirigente. Hay un deseo de irrisión y de desastre alegre, desde donde emerge el clima de accesorios e interiores híbridos fundamentados en el exceso y en la cultura popular. Así hedonismo, audacia, vitalidad, a veces incluso marginalidad, inspiran espacios y decorados provocativos, a menudo kitsch, que se mezclan con estilos, colores y materiales ostentosos. Se superponen diferentes retales visuales donde se acumulan una multitud de signos decorativos al ritmo de músicas cubanas o del Caribe. Se impone un deseo de mestizaje cultural y de códigos estilísticos desestructurados como reacción a una globalización igualadora. . . baratijas, cojines y revestimientos en macramé o ganchillo, hilos de nylon, papeles de pared estampados con motivos sean geométricos o floreados, los colores chillones y contrastados, alfombras de largos mechones. . . se mezclan con mobiliario de los ’70 frescamente rediseñado o desenterrado en galerías de época.

Después de algunos años observando el mercado y los movimientos de la moda…se ha podido reparar en que ante las líneas visualmente más sobrias, los desarrollos y experimentaciones de los cortes son a menudo exagerados, complicados, incluso muy simplificados. . . como resultado de un trabajo técnico, jamás debido a casualidades. De este caldo de cultivo surge la proposición de mezclar las predilecciones personales con creaciones recientes y contemporáneas. La idea de tomar modelos existentes, a veces de fechas anteriores, y adaptar los a la estética actual asociándolos con artículos más recientes ha calado hondo y generado gran fascinación. Esto corresponde un poco a la forma como lo más ” in ” se viste hoy día, mezclando una prenda del período de los ’60 y ’70 con una camiseta Gap. Todo esto no es resultado de una reflexión intelectual, es muy espontánea esta idea de mezclar piezas. Induce a la idea de compartir, de abrirse a los otros, al placer y a la seducción.